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Existe una amplia variedad de problemas y afecciones que pueden afectar a la salud de nuestros dientes y encías. ,
aunque, evidentemente, no todo el mundo va a padecerlas, sí es cierto que existen ciertas enfermedades bucales más comunes que otras.
Por ello, tienen una alta prevalencia entre la población y son más proclives que otras a desarrollarse en algún momento de nuestra vida.
Si quieres saber a qué enfermedades dentales nos referimos y cómo puedes tratarlas, no te pierdas este artículo.
Dentro de las enfermedades bucales más comunes encontramos la caries, la gingivitis, el mal aliento y las llagas, entre otras
El tratamiento para curar las caries es muy sencillo y pasa por realizar un empaste u obturación.
Se trata de un procedimiento que consiste en limpiar la cavidad del diente en la que está la caries, para rellenarla posteriormente con un material llamado composite. Esta sustancia imita muy fielmente el tono exacto de la pieza, por lo que, incluso aunque se haga en los dientes delanteros, no afecta a la estética de la sonrisa. Es importante tratar la caries nada más advirtamos los primeros síntomas, que normalmente se traducen en dolor o molestias en el diente y sensibilidad intensa. De no actuar con celeridad, la caries continuará destruyendo las capas dentarias y requerirá de una intervención más compleja que un empaste: una endodoncia o tratamiento de conducto. Sea por el procedimiento que sea, es fundamental la intervención de un dentista, pues la caries es laprimera causa de pérdida prematura de dientes en personas jóvenes.
Dentro de las enfermedades bucales, la gingivitis tiene una importancia prevalencia en Costa Rica, pues afecta al 49,8% de la población. Pero, además, el cuidado de las encías parece ser un problema persistente, ya que únicamente el 14.8% de los adultos de entre 35 y 44 años tiene las encías sanas. Al igual que en el caso de la caries, la higiene juega un papel fundamental en la aparición de esta patología. La gingivitis se engloba dentro de las llamadas enfermedades periodontales y se trata de la fase inicial. Se caracteriza por lainflamación y enrojecimiento de las encías provocados por las bacterias que se desarrollan debido a la acumulación de la placa y el sarro. Los síntomas que provoca esta enfermedad son, por tanto, muy claros, siendo el sangrado que aparece durante el cepillado la primera señal de alarma. Si es tu caso, te recomendamos acudir a una clínica dental de confianza cuanto antes para evitar que la gingivitis siga avanzando. Al tratarse de la primera fase, es posible revertir sus efectos negativos.
Para tratar la gingivitis, siempre y cuando no esté demasiado desarrollada, se puede recurrir a una higiene dental profesional. Aunque determinada sintomatología puede asociarse a enfermedades graves, como el cáncer, no tiene por qué ser así. Por eso, sal de dudas acudiendo a tu clínica de confianza.
Otra de las enfermedades de la boca y la lengua más frecuentes es el mal aliento, que se traduce en un conjunto de olores desagradables que salen de la cavidad oral. Aunque existen dos tipos de halitosis – la oral y la extraoral – su origen se encuentra en la propia boca en el 90% de los casos. En estos casos, el olor desagradable se debe fundamentalmente a una higiene deficiente, el tabaco o enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis). Por eso resulta fundamental saber cómo limpiar la lengua adecuadamente, así como los dientes y encías.
Por su parte, cuando la halitosis es extraoral, tiene su origen en problemas sistémicos, como pueden ser aquellos relacionados con el sistema digestivo o las enfermedades hepáticas o renales.
Aunque a primera vista el mal aliento pueda parecer únicamente un problema de carácter social para quien lo padece, lo cierto es que puede ser una pista ante una patología de mayor gravedad.
Por tanto, la forma de tratar el mal aliento depende de cuál sea su causa.
En caso de que se deba a una insuficiente higiene, será necesario incorporar un limpiador lingual y otros elementos auxiliares de limpieza bucal.
Pero si se debe a alguna enfermedad de las que hemos mencionado, habrá que abordarlas para acabar con el mal aliento.
Es muy probable que hayas tenido llagas en la boca en más de una ocasión, pues es una de las enfermedades bucales más comunes.
Se trata de una lesiones fácilmente identificables por presentar una forma redonda y ser de color blanco.
Resultan muy molestas, aunque no presentan un mayor riesgo para nuestra salud bucodental.
Habitualmente aparecen como consecuencia de algún objeto que roza con la mucosa de la boca –labio, interior de las mejillas o lengua– o por habernos mordidos accidentalmente.
Las aftas no requieren de un tratamiento como tal, pues remiten por sí misma al cabo de dos o tres días.
Aun así, existen productos específicos de venta en farmacias que aceleran su curación.
A pesar de que en apariencia pueden ser muy similares a las llagas, la principal diferencia es que el herpes labial es contagioso y está causado por un virus.
Además, aunque desaparezca, el herpes tiende a aparecer a lo largo de nuestra vida si lo hemos sufrido alguna vez, pues el virus no desaparece.
Tal y como sucede con las aftas, el herpes labial no requiere de ningún tratamiento, sino que se cura por sí mismo.
Del mismo modo, en farmacias puedes preguntar por algún medicamento específico para acelerar su desaparición.
Pero ten en cuenta que estos productos únicamente alivian los síntomas, pero no erradican el virus.
En caso de que no recurras a ningún fármaco, el herpes tarda en desaparecer entre 10 y 15 días, pues es el proceso natural del virus.
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